¡Qué caricia larga de acción me sube por las venas
anchas de recorrerme!
Me veo inmóvil de carne esperando la lucha
entre el hombre y mi alma,
y me siento invencible,
porque mi ahora es fuerte columna de avanzada
en la aurora que apunta,
es grito de corazón vacío en la nave del mundo,
es esfuerzo de ola tendido en playa firme
para arrasar calumnias de las conciencias rotas.
Entre el hombre y mi alma
se ha cruzado la espada...
(La mente es una intérprete que traduce la fuerza
en ideas que avanzan.)
De mi lado se bate la conciencia del hombre
en un sol de principios sobre el soy de las almas.
En la mano del hombre se defiende la hueca
escultura de normas sobre el tiempo moldeada.
Ha sonado la lucha...
Y me siento intocada...
Estoy sobre los siglos con fiereza de olas...
¡Nadie palpe la sombra que mi impulso ahuyentara!
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