Es flor que brota apenas y se seca;
es luz que brilla apenas y se apaga.
¿La gratitud? ¡Ah, sí! ¡Lástima grande
que no fuera verdad tanta belleza!
Id por doquier sembrando beneficios;
repartid la limosna a manos llenas;
Dad la mano al caído y levantadle;
dad la mano al caído y levantadle;
curad, como Jesús, úlcera y lepra;
calmad muchas angustias punzadoras;
enjugad muchas lágrimas acerbas;
Sed padre de los huérfanos humildes;
sed protector de la virtud austera;
llevad en estas luchas de la vida
el bien por norma, la piedad por lema.
Y cuando el áureo manantial se agote,
y cuando toque el hambre a vuestra puerta,
el mundo inventará, para premiaros...
su más burlona e insultante mueca.
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