Modelo de belleza,
la pureza
brilla en tu cándida faz;
la inocencia es tu divisa,
y tu risa
es como un signo de paz.
Alguna vez la hermosura
con ternura
amante me sonrió;
dichoso ya me creía,
y ella impía
con falacia me burló.
Mas tu sonrisa graciosa
candorosa
no es de amor, es de amistad;
¡tu corazón ardiente
inocente
no conoce la maldad.-
Oh cuán venturosa fueras,
si vivieras
de tu infancia sin salir:
entonces feliz serías;
no sabrías
lo que es penar y sufrir.
Mas la ley de la natura
siempre dura,
no perdona a la virtud;
de la humanidad es dueña,
y le enseña
la vejez o el ataúd.
Con los fatigosos años
desengaños
vienen del mortal en pos;
y contra el mundo un abrigo
y un amigo
halla el infeliz en Dios.
El no mas nos da consuelo;-
en el suelo
solo existe una verdad,
y es que la inocencia gime,
y la oprime
triunfadora la maldad.
-Tu vives, oh niña hermosa,
cual la rosa
en lo interior de un breñal;
no de tu sueño despiertes,
porque adviertes
cuán horroroso es tu mal.
Al sueño tornar querrías,
no podrías;
el cielo así lo ordenó;
y tan solamente el llanto
y el quebranto
por patrimonio nos dio.
La vida es estrecha vía,
do nos guía
solo el destino fatal:
encantados proseguimos,
mas sentimos
de súbito frío puñal.
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