El río es una melancolía estirada y sofocante.
El río es una irritación de piedras, calcinante.
Está seco, no tiene lágrimas porque el sol quemante
lo ha mirado con pupila penetrante...
El río está sediento... rememora anhelante,
cuando espejeó la nieve de un semblante
y adormeció a un cuerpo fragante...
¡Oh el perfume en su onda voluptuosa y palpitante!
Voló a otras regiones el martinete errante;
y está marchita en su margen la flor odorante.
El lirio no genuflexiona arrogante...
El río embiste la vista plúmbeo y abrasante;
el río es un pesar petrificado y punzante...
El río es una melancolía estirada y sofocante.
No hay comentarios :
Publicar un comentario