¡Qué calma tan honda!
¡Qué paz tan profunda!
¡Qué solemne quietud la que reina
por esas alturas!
No ocurren sucesos;
se pasan los días,
Sin que un soplo revuelva los mares
de nuestra política.
Silencio tan triste
enerva el espíritu:
¿Es acaso esta tierra un inmenso
sepulcro de vivos?
No hay comentarios :
Publicar un comentario