viernes

Poema: HORAS DE FIEBRE II (Luis Muñoz Rivera)


Oíd: los que lleváis allá en el alma
de negra envidia la dolencia grave
y hacéis, ante La faz del universo,
de fingida bondad cínico alarde.

¡Abajo el antifaz! Es necesario
que este perpetuo carnaval acabe;
alzad la frente pálida, en que el vicio
marco al pasar su huella degradante.

¿Falso pudor vuestras mejillas quema?
¿Ardor fugaz calienta vuestra sangre?
¡Abajo el antifaz! La hipocresía
es torpe, y vil, y mísera, y cobarde.

Llegad aquí: que la virtud os vea;
que vuestra horrible fealdad la espante;
que la luz ilumine vuestro rostro
y el látigo flagele vuestra carne.

jueves

Poema: HORAS DE FIEBRE I (Luis Muñoz Rivera)


¿Llorar...? No, no: sobre la amarga ola
rice copos la nevada espuma;
lleguen al labio con vibrante ritmo
el himno alegre, la canción nocturna.

Cuando el alma en sí misma se repliega
con hondo duelo y con letal angustia,
viene a turbar sus tristes soledades
el ruido intermitente de la lucha.

Riamos, pues; la vida, pobre loca
que va labrando sin cesar su tumba,
nos invita al placer; nuevo sarcasmo
con que la suerte ingrata nos insulta.

Surja radiante la esperanza hermosa,
que ya vendrán la gloria y la fortuna,
cuando la muerte nuestros ojos cierre;
cuando la tierra nuestros restos cubra.

martes

Poema: Retamas XXXIX (Luis Muñoz Rivera)


Poetas y artistas:
romped la paleta y el plectro gentil;
empuñad el arado: es preciso
salvar el país.

Escritores: la pluma acerada
tirad con desdén;
no busquéis en la justa gloriosa
el triunfo soñado y el noble laurel.


Otra cosa el país os demanda;
la semilla en el surco arrojad:
la labor del espíritu huelga;
romped con las picas el suelo feraz.

¿Que el país retrocede? No importa.
Sembrad el tabaco: plantad el café.
Este pueblo no es Roma ni Grecia:
Si cae, que caiga. Dejadle caer.

Matad los periódicos;
tirad al arroyo el dulce laúd:
no debemos sonar con la gloria;
aquí sólo es dable sonar con la cruz.

Si nada tenemos que valga gran cosa
olvidemos el plectro gentil
de ese modo tan sólo se puede
salvar el país.

domingo

Poema:Retamas XXXV (Luis Muñoz Rivera)



A noche, mientras ardía
la caseta de consumos,
describiendo tantas curvas
como una barca sin rumbo
aproximóse a nosotros
un Demóstenes presunto
y nos obsequió galante
con este bello discurso:

-¿Ven ustedes esas llamas?
Hay muy cerca un río enjuto,
que es, enfrente del siniestro,
un sarcasmo y un insulto.

Pues yo tengo en el estómago,
-y jamás lo disimulo-
un incendio más terrible,
sin cenizas y sin humo,
que se burla de las bombas
y desdeña el acueducto.

Y este fuego no se apaga
ni con todo el ron del mundo.

sábado

Poema: RETAMAS XVI (Luis Muñoz Rivera)


¿El pueblo se divierte?
Dejadle divertir,
Si olvida sus angustias
¿qué más podéis pedir?

¡Que se agite en alegres verbenas,
que ahogue sus penas
apurando el licor del placer!

¡Que se anegue en la báquica orgía,
si siente algún día
los amargos recuerdos de ayer!

~¿Que el desaliento invade
nuestra gentil ciudad?
¿Que en ella hunden la garra
los buitres sin piedad?

¡Bah! No importa. Que goce: que cante;
y altares levante
a la risa, a la danza al amor.
No le queda otra cosa: la fiesta;
la lánguida orquesta;
de las copas el dulce rumor.

La decadencia viene:
la vais palpando ya,
el pueblo, antes altivo
degenerado está.
¿No observáis en su frente marchita
la huella maldita
que la idea dejara al partir?
Ese pueblo salvarse no quiere.
Si cae, si muere,
es que anhela caer y morir.

viernes

Poema: RETAMAS XIII (Luis Muñoz Rivera)



¡Qué calma tan honda!
¡Qué paz tan profunda!
¡Qué solemne quietud la que reina
por esas alturas!

No ocurren sucesos;
se pasan los días,
Sin que un soplo revuelva los mares
de nuestra política.

Silencio tan triste
enerva el espíritu:
¿Es acaso esta tierra un inmenso
sepulcro de vivos?

jueves

Poema: RETAMAS VII (Luis Muñoz Rivera)


N0 hay remedio: doblad la rodilla:
bajad la cabeza,
y sufrid que os oprima y estruje
la planta del déspota
si los amos esgrimen la fusta
que estalla soberbia.
¡Ah! ¡Silencio! En los trémulos labios
ahogad la protesta
porque aún reina en el mundo a
la ley de la fuerza.

Vuestro arado, los surcos rompiendo,
rotura la tierra:
trabajáis sin descanso, y el fruto
de ingrata faena
a sus amplios arcones sin fondo
el fisco se lleva.
Entre tanto en la choza de bálago
morís de miseria.
Continuad vuestra obra: la exige
la ley de la fuerza.

¿Os envuelve tal vez, implacable,
la inicua sospecha?
¿Os injurian los falsos escribas?
¿Os abre sus puertas,
como un monstruo sediento y maldito
la ergástula negra?
Esperad y sufrid ¿qué remedio?
Quien sufre y espera,
podrá un día romper en pedazos
la ley de la fuerza.

miércoles

Poema: RETAMAS IV (Luis Muñoz Rivera)



Con las ropas en bello desorden,
la frente marmórea de rizos poblada,
balbuciendo los trémulos labios
confusas palabras,
un niño dormía
soñando en la patria.

¡Oh! qué hermosa, riente y espléndida,
altiva y heroica, viril y gallarda
la veía surgir de las ondas
rugientes y bravas,
con su veste de espumas cubierto,
el torso de ninfa, las formas de estatua!

Corrieron los años:
El niño, en su tierra, creció como un paria:
vio la fusta estallar implacable
del siervo en la espalda;
mirar pudo en el rostro del César
sonrisas de lástima;
la sangre, rebelde,
subió a sus mejillas en brusca oleada;
y después... en sus noches de insomnio,
evocando a la ninfa soñada,
¡qué mezquina, qué pobre, qué triste
solía mirarla!

¡Ay! el sueño... ¡qué dulce y alegre!
La verdad... qué desnuda y amarga!

Por eso el mancebo
pensando en la patria,
sintió muchas veces sus ojos marchitos
llenarse de lágrimas.

martes

Poema: RETAMAS I (Luis Muñoz Rivera)



Yo no sé si hacen versos las letras
que escribo con lágrimas,
al pensar que, en mi dulce Borinquen,
este bello jirón de la patria
(acaso de un sueño
como sombra vana)
la esperanza gentil del colono
se pierde entre sombras y entre olas amargas.

Para estos renglones que escribo temblando,
ni busco, ni cuento, ni elijo palabras;
esta vez la retórica aguarde,
que la verdad pasa.

Y son estas rimas tan tristes y alegres
saetas de fuego o briznas de escarcha,
que abrasan los labios
o enfrían el alma.

lunes

Poema: FIEBRE AUTUMNAL (Luis Palés Matos )


El crepúsculo finge un hervidero
cruento y ardiente... Sobre el mar sonoro
resbala el melancólico y postrero
lampo de sol, como una flecha de oro.

El monstruo llora un rictus de armonías
y al beso de la luz se congestiona,
cual si sangraran en sus ondas frías
las cuatro heridas de Rabí Jeschona.

La ojera del ocaso cobra un vago
violeta-oscuro, dándole al estrago
un capricho romántico de rosas;

la noche muestra toda su fortuna,
y brota, como un pétalo, la luna
envuelta en santidades vaporosas.

domingo

Poema: FRUTA PROHIBIDA (Para la amada de fuego) Luis Palés Matos


Era la noche plétora de un delirio chispeante,
era una indiferencia sonámbula y fragante:
la muda indiferencia de los astros, despiertos
como un diluvio de ojos parpadeantes y abiertos.

Era un vaho de perfume de hembra en los jardines,
bajo la enredadera de los blancos jazmines;
y aquellas, las estrellas, nos miraban temblando;
y vino el paraíso de anhelos suspirando;

y vino aquel deseo de la mujer primera,
y tembló sorprendida la casta enredadera;
y en el febril incendio de nuestra edad temprana,

tú deshecha en querellas, yo en el amor ardiente,
probamos los dulzores de la roja manzana,
y vimos como alegre silbaba la serpiente. .

sábado

Poema: FANTASIA (Para la amada del haschich) (Luis Palés Matos )


Bajo la pedrería de la noche estrellada,
borracho en el zafiro de un desmayo amoroso,
sueño en las pupilas morunas de mi amada
que habita en un castillo lejano y misterioso.

Nos amamos de lejos, pues un dragón rabioso
cuida los movimientos de mi novia encantada,
y ella, sin abatirse por su destino odioso,
hila místicamente tranquila y resignada.

¿La fuga? Será noche, cuando la primavera
vierta su cornucopia de luz en la pradera
y suene del convento la romántica esquila,

cuando mi amada anónima, que ni una queja exhala,
concluya, con sus dedos delicados, la escala
que hace tiempo en la rueca de su silencio hila.

viernes

Poema: MISTICO (Para la muerta niña) Luis Palés Matos



Envuelta en una magia de rosados candores,
sobre un reclinatorio de nardos y azahares,
tu cuerpecito lleno de inocentes temblores
dormía su narcisismo, ajeno a las pesares.

Velaba tu alma honesta vago romanticismo:
doradas mariposas, quiméricos jardines,
fuentecillas gimiendo en su solitarismo
como un encantamiento de notas de violines.

Abismada en el prisma que la niñez ponía
ante tus ojos, negros como los sinsabores,
tu vida era crátera de rica fantasía.

Y, núcleo de una alegre cáfila de rumores,
eras como el preludio de suave melodía
que el céfiro nocturno remeda entre las flores.

jueves

Poema: ENSOÑACION (Luis Palés Matos )




Por el cuadrado de una ventana de nuestra escuela
que de soslayo me ríe toda su claridad,
miro el paisaje chillón y viva, de un azul hondo
y una sencilla calma de infante diafanidad.

El cielo limpio, de vez en cuando, se mancha en una
de esas blancuras puras y llenas de santidad,
con que el celaje tiñendo el dombo del firmamento
risueña el éxtasis con su ternura de castidad.

Mientras discurre par la pizarra la geometría
le nacen alas de ibis al ave del alma mía,
y de la escuela me voy muy lejos, a una región

donde es más fresca la gran mejilla de la mañana,
y sollozando sobre las notas de la fontana,

me aguarda inquieta la dulce novia del corazón.

martes

Poema: LA CEIBA (Luis Palés Matos )


La ceiba sobre el cauce se dobla bondadosa
quebrando la afonía de la áfona llanura.
Con su voz de matrona, la ceiba caprichosa
tiene el ramaje loco de una rara locura.

Ella entraña el recuerdo recóndito y fragante,
de una princesa india de pupila moruna,
que sumergió en el río su cuerpo palpitante
bajo la anemia crónica de la pálida luna.

Ella ofrenda su sombra tutelar al viajero
nostálgico de calma; el ruiseñor parlero,
entona entre sus ramas fervientes sonatinas;

la ceiba es una madre, que sobre el río largo
expande su paraguas enorme; y sin embargo,
la ceiba tiene el tronco pletórico de espinas.

lunes

Poema: LA GUAJANA (Luis Palés Matos)


Como si una nube se hubiese dormido
sobre la esmeralda del cañaveral,
con un gris sedoso, media desteñido
la guajana flecha la vista espectral.

En su pesadumbre de esfuerzo perdido,
de una neurastenia lánguida, eternal,
tiene la elocuencia sutil del olvido,
y un sugestionismo lúgubre y fatal.

La llanura sufre la calenturienta
sensación de un ansia; sobre ella revienta
la guajana coma el copo de amargar,

y en aquella eterna sonata de almíbar,
irrumpe la triste lágrima de acíbar
como en la alegría revienta el dolor.

domingo

Poema: El río (Luis Palés Matos )



El río es una melancolía estirada y sofocante.
El río es una irritación de piedras, calcinante.
Está seco, no tiene lágrimas porque el sol quemante
lo ha mirado con pupila penetrante...

El río está sediento... rememora anhelante,
cuando espejeó la nieve de un semblante
y adormeció a un cuerpo fragante...
¡Oh el perfume en su onda voluptuosa y palpitante!

Voló a otras regiones el martinete errante;
y está marchita en su margen la flor odorante.
El lirio no genuflexiona arrogante...

El río embiste la vista plúmbeo y abrasante;
el río es un pesar petrificado y punzante...
El río es una melancolía estirada y sofocante.

jueves

Poema: DIA NUBLADO (Luis Palés Matos )


Bajo las nubes plúmbeas y letíferas
brinca el recuerdo, fugitivo y rancio,
y en las calmas beatas y somníferas
palpita una fatiga de cansancio.

Recorta el monte su silueta bruna
en una fiebre mística de asceta,
pues lejos de Guayama, goza una
hiperbólica paz de anacoreta.

La conciencia del dombo se ennegrece,
cual la de un criminal, y desfallece
en la seda de exótico desmayo;

le nacen al dolor siete raíces,
y en la pizarra de los cielos grises
Dios escribe su nombre con el rayo.

martes

Poema: EL BESO (Luis Palés Matos)


El champagne de la tarde sedativa
embriagó la montaña y el abismo,
de una sedosidad de misticismo,
y de una opalescencia compasiva.

Hundiste el puñal zarco de tu altiva
mirada en mis adentros, y el lirismo
cundió mi alma de romanticismo:
rodó la gema de la estrofa viva.

Entonces gimió el cisne de mi ansia,
por el remanso lleno de arrogancia
de tus ojos nostálgicos y sabios;

y la dorada abeja del deseo,
en su errante y sutil revoloteo
buscó el clavel sangriento de tus labios.

lunes

Poema: EL BESO (Luis Palés Matos )


El champagne de la tarde sedativa
embriagó la montaña y el abismo,
de una sedosidad de misticismo,
y de una opalescencia compasiva.

Hundiste el puñal zarco de tu altiva
mirada en mis adentros, y el lirismo
cundió mi alma de romanticismo:
rodó la gema de la estrofa viva.

Entonces gimió el cisne de mi ansia,
por el remanso lleno de arrogancia
de tus ojos nostálgicos y sabios;

y la dorada abeja del deseo,
en su errante y sutil revoloteo
buscó el clavel sangriento de tus labios.

domingo

Poema: LA PIEDRA (Luis Palés Matos )


En su duro letargo concentrada,
redonda, como el cráneo de un gigante,
la piedra en la vereda perfumada
es verruga enigmática y punzante.

Quieta, sintió la alegre carcajada,
y el temblor de la carne rozagante,
de la muchacha frágil y cansada
que llegó con el cántaro jadeante.

La piedra suda un ansia negra y blonda.
En lo profundo de su entraña honda
un sueño se arrebuja perezoso.

"¡Moisés, Moisés, la turba está sedienta;
tócame con tu vara, que revienta
el manantial de liquido precioso!"

sábado

Poema: MEDIA NOCHE (Luis Palés Matos)


Este silencio lleno de morfina
goza un mareo de profundidades,
donde el alma poética se inclina
atisbando soñadas claridades;

y se pierde en la sed, de una divina
procesión de simbólicas beldades:
novia blanca, y azul, y cristalina,
novia llena de espiritualidades.

Las doce de la Noche. Muy aprisa
pasa el arco invisible de la brisa
sobre el cordaje rudo de la fronda;

y el soñador bohemio, bajo una
borrachera, vacua ante la luna
que le clava su hostia pura y honda.

jueves

Poema: NEUROSIS (Luis Palés Matos )


Yo no sé si soy sonámbulo o neurótico;
siento algos en el alma, y no son míos...
El ambiente me sofoca, como a exótico
en un pueblo enteramente de judíos.

Vivo en ml y no comprendo; hormigueos
van abriendo filtraciones de erotismo
en mi pecho, y un enjambre de deseos
mancha ci cisne de mi estricto misticismo.

Poco a poco de mi juicio van comiendo
y un volcán de efervescencia promoviendo
al tocar de mis recuerdos el tropel;

que se agitan como cuervos plutonianos,
como duendes, como brujas, como enanos
del imperio revoltoso de Luzbel.
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