domingo

La muerte perfumada. (Poema: Medardo Ángel Silva)



Convaleciente de aquel mal extraño,
para el que sólo tú sabes la cura,
como un fugado de la sepultura
me vio la tarde, fantasmal huraño.

Segó mis dichas la Malaventura
como inocente y cándido rebaño
y bajo la hoz de antiguo desengaño
agonizaba mi fugaz ventura...

Cual destrenzada cabellera cana
la llovizna ondeó tras la ventana...
Y aquella tarde pálida y caduca

sentí en mi dulce postración inerte
la bella tentación de darme muerte
tejiéndome un cordel con tu peluca.

sábado



Cuando de nuestro amor la llama apasionada
dentro tu pecho amante contemple ya extinguida,
ya que solo por ti la vida me es amada,
el día en que me faltes, me arrancaré la vida.

Porque mi pensamiento, lleno de este cariño,
que en una hora feliz me hiciera esclavo tuyo.
Lejos de tus pupilas es triste como un niño
que se duerme, soñando en tu acento de arrullo.

Para envolverte en besos quisiera ser el viento
y quisiera ser todo lo que tu mano toca;
ser tu sonrisa, ser hasta tu mismo aliento
para poder estar más cerca de tu boca.

Vivo de tu palabra y eternamente espero
llamarte mía como quien espera un tesoro.
lejos de ti comprendo lo mucho que te quiero
y, besando tus cartas, ingenuamente lloro.

Perdona que no tenga palabras con que pueda
decirte la inefable pasión que me devora;
para expresar mi amor solamente me queda
rasgarme el pecho, Amada, y en tus manos de seda
¡dejar mi palpitante corazón que te adora!

viernes

Amada. (Poema: Medardo Ángel Silva)



El duro son de hierro tornaré melodía
para cantar tus ojos! -violetas luminosas-
la noche de tu negra cabellera y el día
de tú sonrisa, pura más que las puras rosas.

Tú vienes con el alba y con la primavera
espiritual, con toda la belleza que existe,
con el olor de lirio azul de la pradera
y con la alondra alegre y con la estrella triste.

La historia de mi alma es la del peregrino
que extraviado una noche en un largo camino
pidió al cielo una luz... y apareció la luna;

pues, estaba de un viejo dolor convaleciente,
y llegaste lo mismo que una aurora naciente,
en el momento amargo y en la hora oportuna

miércoles

Al angelus. (Poema: Medardo Ángel Silva)




Atravesó la oscura galería...
al Angelus... llamaban al rosario...
La religiosa voz del campanario
vibraba en la quietud de la Abadía.

En sus manos de nácar oprimía
el viejo Kempiso el Devocionario...
La luz de un aceitoso lampadario
delató su presencia en la crujía...

Se vio palidecer su faz de nárdo...
hablaba de Eloísa y Abelardo
el llanto que la fuente diluía.

Y la Sor que en el mundo fue princesa,
inclinando la pálida cabeza,
atravesó la oscura galería.

martes

Auna triste. (Poema: Medardo Ángel Silva)




Al vago de las celestes liras
del viento que divaga en la arboleda
cantas, y no se sabe si suspiras
o si es el ruiseñor que te remeda.

Tus negros ojos de mirar doliente
no sé en qué cuadro de Rosetti he visto,
y me recuerdan inconscientemente
los ojos melancólicos de Cristo.

Amo por dolorosa tu belleza:
tu dulce faz de virgen mártir viene
coronada de mística tristeza.

Y vale más que todo lo que existe
tu romántico espíritu, que tiene
la suprema elegancia de lo triste.

lunes

Vesper marino. (Poema: Medardo Ángel Silva)

     

Rugió el lascivo mar a la manera
de un sátiro de barbas temblorosas,
al poner tu presencia en la ribera
su gracia peculiar sobre las cosas.

     Joyas raras y sedas olorosas
prestigiaban tu dulce primavera
y al deshojarse tus palabras era
cual si estuvieran deshojando rosas.

     Hubo un silencio de éxtasis en todo...
el mar violento suspiró a su modo...
lloraron en la niebla las esquilas...

     Y me halló de rodillas el Poniente
viendo abrirse los astros dulcemente
en el cielo otoñal de tus pupilas.

domingo

Tapiz. (Poema: Medardo Ángel Silva)




     Los húmedos myosotis de tus ojos
sugieren claros lienzos primitivos
con arcángeles músicos de hinojos
y santas de los góticos motivos.

     Copiaron esos místicos sonrojos
los ingenuos maestros primitivos
y dieron los myosotis de tus ojos
a sus Evangelistas pensativos...

     Virgen de las policromas vidrieras,
los sahumerios y los lampadarios:
velan tus sueños todas mis quimeras
y, ante el cortejo de tus primaveras,
dan su mirra y olor mis incensarios.

sábado

Sin Razón. (Poema: Medardo Ángel Silva)

   

  Dime -¿qué filtro da tu boca
en su divino beso cruento,
que hace vibrar mi carne loca
como a la débil hoja el viento?

     ¿Con qué fórmula cabalística
mi pena rindes dulcemente,
cual la celeste Rosa Mística
hace inclinar a la' serpiente?

     Di -¿dónde ocultas el secreto
de ésta maga fascinación?
¿algún venusino amuleto
me ha ligado a tu corazón?

     En vano quiero descifrar
la causa de mi rendimiento;
como la luna sobre el mar
luz móvil es mi pensamiento...

     En tus leves manos estruja
mi espíritu sin voluntad:
eres la playa a do me empuja
la ola de la Fatalidad!

viernes

Romanza de los ojos. (Poema: Medardo Ángel Silva)





   Cálido estío de tus grandes ojos.
Negras flores, en selvas encantadas,
que abre la reina de los claros ojos,
el alba de las manos sonrosadas.

     Lámpara astral de tus miradas puras.
Pálida luz de sol convaleciente
que cuida, bajo sus dos salas puras,
un rubio serafín adolescente...

     Otoño triste de tus ojos dulces.
Crepúsculos de seda y pedrería:
que cierra el soplo de tus labios dulces
tu sacra hermana la Virgen María.


jueves

Palabras de otoño. (Poema: Medardo Ángel Silva)



Guárdate tus sonrisas: mi corazón hastiado
como fruto en sazón, a la tierra se inclina;
la senda ha sido larga, amiga; estoy cansado
y quisiera gozar de mi hora vespertina.

Odio aquellos amores de folletín: mi herida
no mendiga limosnas de piedades ajenas;
yo tengo una tragedia y se llama Mi Vida;
para escribirla usé la sangre de mis venas.

Mi otoño anticipado me vuelve reflexivo;
me encuentras casi triste, sereno, pensativo,
no siento las delicias del flirt, es la verdad.

Mi espíritu se orienta hacia la eterna aurora,
hasta que la clepsidra de Dios anuncie la hora
de ser con mi señor para la eternidad.

miércoles

IV.(Poema: Medardo Ángel Silva)



La noche es un suspiro azul que tiembla
sobre el obscuro sueño de la Tierra.
El parque es un silencio perfumado...aletea,
como un pájaro herido, torpe, la brisa negra.
Se corta la palabra de la fuente, reseca
en la taza de piedra.
Se va a acabar la vida... soñolienta
las hojas cabecean.
Y cae sobre el alma la tristeza
igual que sobre un muerto, un puñado de tierra.

martes

III.(Poema: Medardo Ángel Silva)



Fantasmas blancos en los miradores
y llanto de los pianos a las estrellas, sones
que apagan las cortinas y los tapices; roces
de largos trajes, leves como de apariciones,
temblando en los espejos amarillos; rumores
que expiran con la luz del horizonte...
Y son cosas de sueño melodías informes
sonando en penumbrosos laberintos; y voces
de lo Desconocido, que llegan con la Noche.


lunes

II.(Poema: Medardo Ángel Silva)

    


Como una sombra fría bajo la niebla lila...
el sol es eso triste, sin color, que se mira
entre las aguas palúdicas, entre flores podridas.
Como el agudo llanto de una niña
se oye la voz lejana del río que tirita...
tiemblan las hojas de oro al respirar la brisa
su congelado soplo sobre la tierra lívida...
danzan llamas alegres en todas las cocinas...
y aúlla a las cerradas puertas de la alquería,
el viento, como un lobo con hambre y sin guarida.

domingo

I. (Poema: Medardo Ángel Silva)



Daba el heno cortado su olor y su frescura
y el sonámbulo río su monótona música.
Iba en el cielo azul, como una reina impúdica,
la luna sonrosada, soñolienta y desnuda.
La sombra de las ramas, en las aguas obscuras,
jugaba, azul y triste, sus mil danzas confusas;
y, luminosa escarcha, arrojaba la luna
su polvillo de plata sobre las rosas húmedas.

sábado

Llamé a tu corazón... y no me ha respondido...(Poema: Medardo Ángel Silva)



Llamé a tu corazón... y no me ha respondido...
pedí a drogas fatales sus mentiras piadosas...
en vano! contra ti nada puede el olvido:
he de seguir de esclavo a tus plantas gloriosas!

Invoqué en mi vigilia; la imagen de la Muerte
y del Werther germano, el recuerdo suicida...
y todo inútilmente! el temor de perderte
siempre ha podido más que mi horror a la vida!

Bien puedes sonreír y sentirte dichosa:
el águila a tus plantas se ha vuelto mariposa,
Dalila le ha cortado a Sansón los cabellos;

mi alma es un pedestal de tu cuerpo exquisito;
y las alas, que fueron para el vuelo infinito,
como alfombra de plumas están a tus pies bellos!

viernes

Con las alas rotas. (Poema: Medardo Ángel Silva)



En continuas orgías cuerpos y almas servimos
a los siete lobeznos de los siete pecados:
la vid de la Locura de sus negros racimos
exprimió en nuestras bocas los vinos condenados.

     Pálidas majestades sombrías y ojerosas,
lánguidos oficiantes de pintadas mejillas
se vieron coronados de nuestras frescas rosas
y en la Misa del Mal doblamos las rodillas...

     Y acabado el festín -al ensayar el vuelo
hacia el puro Ideal- como heridas gaviotas
las almas descendieron al putrefacto suelo,
asfixiadas de luz con las alas rotas!

jueves

Intermazzo. (Poema: Medardo Ángel Silva)



La seda de tus lánguidas pestañas
a proteger tus ojos descendía,
ante la encantadora bicromía,
de las aristocráticas arañas.

Un solemne mutismo de campañas
al Vesper, nuestras almas invadía;
y, de súbito, habló la melodía
con un dulzor de pastoriles cañas...

Para escucharla, se detuvo el viento...
a la maga caricia de su acento,
vibró tu carne de escultura, viva;

la noche se durmió en tu cabellera
y, besando las lilas de tu ojera,
se perfumó una lágrima furtiva...

miércoles

19. (Poemas: Medardo Ángel Silva)



Bendigo el sufrimiento que viene de tu mano
y el vértigo radiante en que tu voz me sume.
Mi amor es para Ti como un jardín lejano
que a una alcoba de reina envuelve en su perfume.

Y eternamente oirás en tus noches sin calma
mi sombría plegaria que, rugiendo, te invoca:
Al precio de mi sangre y al precio de mi alma
véndeme una limosna de un beso de tu boca!

martes

17. (Poema: Medardo Ángel Silva)



Amor, dí ¿qué sendero se gozan con tu paso?
¿cuáles los reyes magos a que sirves de guía?...
¿qué rubicunda aurora, que sonrosado ocaso
vio tu carro de fuego en el triunfo del día? ...

Ah! si tu alba luciera para mi noche obscura!
si mis rosas abrieran temblorosas a verte!
se endulzaría el hondo cáliz de mi amargura
con el néctar con que haces tan amable la Muerte.

lunes

17. (Poema: Medardo Ángel Silva)



Para los que llevamos, como un puñal sutil,
dentro del alma una ponzoña:
para los que miramos nuestra ilusión de abril
hecha una mísera carroña;

Inútilmente suena tu pandero de histrión
-oh, vida frívola y banal!-
si no es de nuestros labios la divina canción,
primaveral y matinal!

domingo

16. (Poema: Medardo Ángel Silva)



Hastíos otoñales. ..Ya nada me entusiasma
de cuanto me causara infantiles asombros
y así voy por la vida, cual pálido fantasma
que atraviesa las calles de una ciudad de escombros.

Y mi alma, que creía la Primavera eterna
al emprender sus locas y dulces romerías,
hoy ve, como un leproso aislado en su caverna,
podrirse lentamente los frutos de sus días!

sábado

15. (Poema: Medardo Ángel Silva)



Como el aire se aroma con tu carne bendita
mi corazón comprende por el lugar que pasas,
omnipotente como la divina Afrodita,
entre una ola sutil de flores y de gasas.

Y al mirarte parece que miro a Anadyomena,
pues, como ella, el influjo de tu mirar, fascinas;
-sembradora impasible de mi angustia y mi pena,
por quien mi alma es un Cristo coronado de espinas-

viernes

Velada del sábado. (Poema: Medardo Ángel Silva)



Marcha la luna trágica entre nubes de gasa...
sin que nadie las toque se han cerrado las puertas...
El miedo, como un lobo, pasea por la casa...
se pronuncian los nombres de personas ya muertas...

El abuelo las lámparas, por vez octava, prende...
se iluminan de súbito, semblantes aturdidos...
Es la hora en que atraviesan las alcobas el duende...
que despierta llorando, a los niños dormidos...


jueves

13. (Poema: Medardo Ángel Silva)



Por donde Ella pasaba la tragedia surgía;
tenía la belleza de una predestinada
y una noche de otoño febril aparecía
en sus ojos inmensos y obscuros retratada...

Y fue bajo el auspicio del padrino Saturno
que deshojé a sus plantas mi juventud florida...
desde entonces padezco de este mal taciturno
que hace una noche eterna del alba de mi vida!

miércoles

12. (Poema: Medardo Ángel Silva)



Deja sobre tu seno que caiga mi cabeza,
como un mundo cargado de recuerdos sombríos;
y dime la palabra santa y única, esa
palabra que consuela mis perennes hastíos...

O mejor, calla. ..deja que en el silencio blando
de la extinguida tarde, sobre divanes rojos,
me siento agonizar lentamente mirando
cómo se llenan de astros los cielos de tus ojos!

martes

11. (Poema: Medardo Ángel Silva)



Esposa Inevitable, dulce Hermana Tornera,
que al llevarnos dormidos en tu regazo blando
nos das la clave de lo que dijo la Quimera
y en voz baja respondes a nuestros cómo y cuándo;

Apenas si fulgura mi lámpara encendida,
derroché mis tesoros como una reina loca,
me adelanté a la cita y, al margen de la vida,
ha dos siglos que espero los besos de tu boca!

lunes

10. (Poema: Medardo Ángel Silva)



Inmóvil duerme el agua del estanque aceituna
bajo las melodiosas cúpulas florecidas.
Y, como Ofelina en Hamlet, va el cuerpo de la luna,
inerte, sobre el lecho de las ondas dormidas...

Las dos... soñando en Ella por la avenida voy...
mis brazos la presienten y mi labio la nombra...
Inútil idealismo! si únicamente soy
una sombra que busca las huellas de otra sombra!

domingo

9. (Poema: Medardo Ángel Silva)




Horas de intimidad y secreta harmonía...
en la paz melodiosa de las tibias estancias
son nuestros corazones, ebrios de melodía
dos rosas que confunden en una sus fragancias...

¡Qué lejos está el Mundo de nosotros, qué lejos
la existencia liviana!... (Las luces amarillas
de las arañas doran el piano y los espejos...)
Mi espíritu, en silencio, te adora de rodillas...

sábado

8. (Poema: Medardo Ángel Silva)



Ni un ansia, ni un anhelo, ni siquiera un deseo,
agitan este lago crepuscular de mi alma.
Mis labios están húmedos del agua del Letheo.
La muerte me anticipa su don mejor: la calma.

De todas las pasiones llevo apagado el fuego,
no soy sino una sombra de todo lo que he sido
buscando en las tinieblas, igual a un niño ciego,
el mágico sendero que conduce al olvido.

viernes

7 (Poema: Medardo Ángel Silva)



Señor, no ha recorrido mi planta ni siquiera
la mitad de la senda, de que habló el Florentino
y estoy en plena sombra y voy a la manera
del niño que en un bosque no conoce el camino.

De profundis clamave, Pastor de corazones,
da a mi alma el fuego que hizo de la hetaira una santa;
renueva el milagro de las resurrecciones;
espero, como Lázaro, que me digas: Levanta!
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