Horas de intimidad y secreta harmonía...
en la paz
melodiosa de las tibias estancias
son nuestros
corazones, ebrios de melodía
dos rosas
que confunden en una sus fragancias...
¡Qué lejos
está el Mundo de nosotros, qué lejos
la
existencia liviana!... (Las luces amarillas
de las
arañas doran el piano y los espejos...)
Mi espíritu,
en silencio, te adora de rodillas...
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