Esposa
Inevitable, dulce Hermana Tornera,
que al
llevarnos dormidos en tu regazo blando
nos das la
clave de lo que dijo la Quimera
y en voz
baja respondes a nuestros cómo y cuándo;
Apenas si
fulgura mi lámpara encendida,
derroché mis
tesoros como una reina loca,
me adelanté
a la cita y, al margen de la vida,
ha dos
siglos que espero los besos de tu boca!
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