Copa de bendición de llanto llena,
Do el crimen su ponzoña ha derramado;
Ángel que el cielo abandonó sin pena,
Y en brazos del demonio ha entregado;
Mujer más pura que la luz serena,
Más negra que la sombra del pecado,
Oye y perdona si al cantarte lloro;
Porque, ángel o demonio, yo te adoro.
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