jueves

Poema: IV ( Ignacio Rodríguez Galván)


Mi pecho agitado de rudo tormento,
el canto elevaba mi lánguida voz;
y solo en respuesta notaba que el viento
espigas y ramas movía veloz.

La luna brillaba purísima y bella
en medio al espacio de claro zafir,
cual cándida, joven, modesta doncella
que mira al amante gozoso venir.

Tan solo escuchaba los lúgubres gritos
de pobre aldeano que alababa al Señor;
y mi alma oprimían los seres malditos
que asaz provocaron del cielo el furor.

En locas ideas mi mente perdida,
pregunto a mi mismo: - ¿Por qué huye de mi?
¡Maldita por siempre, maldita mi vida!.."
Y un ronco gemido feroz despedí.

Temblaban mis miembros, sudaba mi frente,
espesa tiniebla mis ojos cubrió;
y luego del seno quejido doliente,
cual de honda caverna, vibrando salió.

Mas, cielos ¡qué miro!.. ¿La vista me engaña?
¡Es ella!.. la veo.. ¡Qué dulce placer!..
Mas alguien... un hombre... ¡Gran Dios! la acompaña!
Infame, traidora, perversa mujer!

Le mira amorosa... le lleva a su seno..
-¡No más! ya la daga feroz empuñé....
y vuelo... de rabia frenética lleno
en sangre mi diestra, mi brazo empapé!..

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