Vamos al aquelarre. En la sombría
cuenca de la montaña, las inertes
osamentas se animan a los fuertes
gritos que arroja la caterva impía.
Van llegando sin Dios y sin María,
présagos de catástrofes y ~muertes...
Pienso que el cielo llora. . . ¿No lo adviertes?
Venus es una lágrima muy fría.
Tras nahuales y brujas el coyote
ulula clamoroso, y aletea,
sobre el negro peñón; el tecolote.
La lechuza silbando horrorizante
se junta a la fatídica ralea
¡y el Vaquero Marcial llega triunfante!
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