Por las salas azules, melancólicamente,
va la luna arrastrando sus vestidos de novia,
al desplegar las brisas, en los parques floridos,
con un rumor de seda, las alas temblorosas...
Bajo el claro de luna, enigmático y triste,
diseña en el azul de la noche armoniosa,
un castillo que se alza sobre el feudo de antaño,
las finas esbelteces de su silueta gótica...
Y a las doce, al regar sus azahares el astro,
se esparce una fragancia de leyendas remotas...
y se escuchan los pasos furtivos de las dueñas...
y un rechinar de goznes de ventanas musgosas...
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