Qué rosas de
harmonía deshojas a la tarde,
cuando sobre
las teclas -lirios blancos y negros -
insinúan tus
manos, en un lírico alarde, ~
las finas
carcajadas de los locos allegros!
La agonía
del sol pone de oro la estancia...
los
verdinegros árboles son vagamente rojos...
y, desde el
corazón, -búcaro de fragancia-
sube un
dulzor de lágrimas que hace nublar los ojos!
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