Cuando de
nuestro amor la llama apasionada
dentro tu
pecho amante contemple ya extinguida,
ya que solo
por ti la vida me es amada,
el día en
que me faltes, me arrancaré la vida.
Porque mi
pensamiento, lleno de este cariño,
que en una
hora feliz me hiciera esclavo tuyo.
Lejos de tus
pupilas es triste como un niño
que se
duerme, soñando en tu acento de arrullo.
Para
envolverte en besos quisiera ser el viento
y quisiera
ser todo lo que tu mano toca;
ser tu
sonrisa, ser hasta tu mismo aliento
para poder
estar más cerca de tu boca.
Vivo de tu
palabra y eternamente espero
llamarte mía
como quien espera un tesoro.
lejos de ti
comprendo lo mucho que te quiero
y, besando
tus cartas, ingenuamente lloro.
Perdona que
no tenga palabras con que pueda
decirte la
inefable pasión que me devora;
para
expresar mi amor solamente me queda
rasgarme el
pecho, Amada, y en tus manos de seda
¡dejar mi
palpitante corazón que te adora!
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