Dulzuras
maternales de la hora matutina...
bajo cielos
que evocan los caprichos de Goya,
mueven los
frescos árboles su ropa esmeraldina
que el sol
de primavera fastuosamente enjoya...
Suenan voces
de niños... cristales de agua clara...
trina el
mirlo... en la calle, cruje la diligencia...
en esta hora
parece que del Azul bajara
una sedosa
lluvia de paz y de inocencia...
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